En nuestro primer día de clase, nuestro profesor nos ha pedido a todos los alumnos que dibujemos a un científico. Podíamos ponerle todo aquello que nosotros deseáramos, según nuestra imaginación diera de sí. Tras quince minutos este ha sido mi resultado:
No es precisamente una belleza, pero esta gracioso ¿no?
Esta obra de arte, junto con la de mis compañeros, a dado pie a abrir una reflexión bastante importante. La mayoría de los alumnos hemos dibujado a un científico "hombre" con unas características parecidas: varón, de edad avanzada, con el pelo bastante despeinado, gafas características, ciertos artilugios para hacer experimentos y un aire de loco.
¿Verdaderamente así son los científicos? En el fondo sabemos que no, pero el estándar en los dibujos de los niños nos ha hecho mella. Puede que alguno si tenga estas características y tendría su explicación lógica: las gafas son necesarias porque fijan su atención en pequeños detalles, la bata para no mancharse al hacer sus mezclas, los pelos revueltos por falta de interés en lo estético, étc. Supongo que son como un reflejo de que lo importante esta en lo que los demás no ven y no en lo que a todos a la larga nos convierte en prototipos del mismo patrón.
Como conclusión hemos llegado a que los hombres repeinados y las mujeres con estilo también pueden ser grandes mentes que cambien el mundo.
Este tema a desembocado a una pregunta claramente importante para lo que nosotros debemos estar preparados en el futuro:
¿Qué factores influirían en nosotros a la hora de enseñar ciencias en nuestra aula de infantil?
Como respuesta rápida, nuestro profesor esperaba un " como nos enseñaron nuestros maestros", solo que, nosotros somos de letras, eso implica que la ciencia, la física y la química no eran lo nuestro.
No lo era o quizás sí, pero es algo que no pudimos aprender de pequeños puesto que, nuestros maestros eran más felices diciéndonos que no servíamos para eso que enseñándonos a que nos gustaran.
Quizás suene un poco fría, e incluso seca, pero tras realizar una actividad con posits donde se nos pedía poner algo positivo y algo negativo sobre las ciencias, la mayoría de mis compañeros han salido a la pizarra diciendo lo mismo: nunca las entendí, me dijeron que me dedicara a las letras, mi profesora era feliz suspendiendo a sus alumnos, étc.
Tras vivir estas experiencias, lo que tenemos muy claro mi grupo de clase y yo es que jamás seremos como esos maestros, nos gusten o no las ciencias.
Si soy sincera yo no salí a la pizarra a dar mi opinión, no porque no realizara la actividad, sino, porque creo que lo que iba a decir quizás no fuera el momento de expresarlo o porque tengo en ocasiones pensamientos bastante diferentes al resto. Escribí dos notas de lo que la ciencia representaba para mí. En una de ellas escribí dudas y en la otra sufrimiento.
Dudas porque al llegar a cierto curso todo lo que me explicaban me sonaba a chino y la maestra seguía explicando la materia como si nada, por lo tanto, para mí muchas cosas de la ciencia están en el aire. Y sufrimiento, porque de sobra se sabe que muchos avances científicos se han realizado haciendo sufrir a muchísimos animales que no se lo merecían.
Se que mucha gente pensará que soy una loca animalista más, que se necesitan esos métodos para salvar vidas humanas, que solo son animales pero, para mi son vida, por muy pequeños o inconscientes que sean y, nadie es quien para jugar con la vida y el sufrimiento de otro ser vivo.
Creo fielmente que la ciencia es necesaria, que es la puerta hacia un futuro, que sin ella no seríamos lo que somos ahora la humanidad, pero también creo que el precio que han tenido que pagar algunos seres vivos para conseguirla es cruel.
Estoy segura que muchísimos otros campos como la biología o incluso la química me encantarían y que, forman junto a la ciencia en sí, ese gran salto hacia la vida prospera y el descubrimiento de aquello que nos rodea, así que estoy dispuesta a dejarme llevar a donde esta asignatura me guíe.
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